jueves, 13 de junio de 2013

VIVIR DESPACIO Y CON CALMA

           
            Una de los señas de identificación de nuestros días es que devoramos el tiempo como si al final del calendario hubiera un premio sorpresa… y no nos damos cuenta de que cada día más es, realmente, un día menos en nuestra vida.

            El pasado verano tuve la suerte de poder visitar las excavaciones de Atapuerca de la mano, nada menos, que de Aurora Martín, excelente y acreditada arqueóloga que comenzó a arañar esa tierra desde su principio, tanto es así que en reconocimiento a sus descubrimientos una de las vetas de excavación lleva su nombre:”Aurora”.

            Después de ir y venir por los andamios y contemplar las recreaciones de la vida de nuestros “antepasados” de hace varios miles de años, llegué a la absurda pero evidente conclusión de que esta gente realmente vivía muchos menos años que nosotros, pero seguro que se les hacía más largo porque lo hacían más despacio.

            Puede sonar a chiste pero, en mi opinión, cuanto menos estímulos tienes en el exterior, más te cunde el interior.

            No es mi intención plantearme la vuelta a los tiempos de Atapuerca, pero si quiero reflexionar sobre el consejo de un amigo que valora ir por la vida “despacio y con calma”… porque creo que tiene razón.

            Para quienes entendemos la vida como un ir y venir entre torbellinos, borbotones, bocanadas e intensidades…. no nos damos cuenta de que, en muchas ocasiones, consumimos el minuto uno esperando el dos, la semana quince esperando la dieciséis y el año cuarenta de nuestra vida esperando el cuarenta y uno.

            Así que he decidido hacerle caso y voy a tomarme la vida más despacio y con más calma, antes de que el vértigo de la velocidad me lleve por delante…

 … despacio para disfrutar cada minuto con lo que traiga de bueno y aprendiendo de lo que encierre de malo...
… despacio para que el tiempo y la vida no se me escapen entre las manos…
… despacio para hacer las cosas mejor y saborearlas…
… despacio para ver crecer la vida a mi alrededor…
… y con calma…
… calma para sazonar cada hora de paz y sosiego… reflexión… sentimiento…. alegría de vivir…
… calma para no saltarme ni un solo renglón y escribir cada letra dándole significado propio…
… calma para saber esperar lo que esconde el futuro quitando sus lazos poco a poco, sin querer desenvolverlo a toda prisa rompiendo el papel como los niños con sus regalos del día de Reyes…

Es verdad... la vida no debe consumirse con ansiedad, sino disfrutarse despacio y con calma, como un buen vino frente al calor y el color del fuego de una chimenea…

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