Mi último blog lo escribí frente a mi madre agonizante hace
poco más de una semana… ella ya llegó a su destino… y nosotros seguimos viaje….
Son muchas las ideas que se pasean
por la mente en momentos tan duros…. Y muchas las escenas plásticas que se ven
a través de las lágrimas… de esas llenas de sentimiento, de afecto, de
acogimiento… y también de soledad….
“¡Qué solos se quedan los muertos!” … escribía
Bécquer… y qué solos nos quedamos los
vivos… añado yo…
Como me decía mi hija, “técnicamente”
soy huérfana pero… “legalmente” no soy adoptable así que a partir de este
momento tengo que aprender a vivir sin padres y, sinceramente, no sé cómo se
hace. Obviamente no es lo mismo perder a los padres en la infancia que en la
madurez, pero eso no significa ni mucho menos que no se tenga la percepción de
que algo importante en la vida ha cambiado.
De entre todas las sensaciones nuevas
de estos días me quedo con una, compartida
también por una de mis hermanas, que nos ha llamado poderosamente la atención….
Sentirse “libre”.
Al morir los padres sientes que ya no
tienes que dar “cuentas a nadie” de tu actos… que a partir de ese momento
respondes de ti misma… es como si de golpe y porrazo, tengas la edad que tengas…
te emancipas…. te conviertes en adulto… dejas de ser un poco niño pendiente de
la reprimenda de tus padres… ya puedes hacer lo que te venga en gana….
… y pienso que, quizá, esta es la
cara amable de la soledad…. De esa amiga a veces despiadada, otras buscada y
siempre presente en nuestra vida…. La soledad….
Nacemos solos, morimos solos y
vivimos solos… y quizá lo más próximo a nuestro “yo” íntimo que conocemos son
nuestros padres y, en especial nuestra madre. Por eso, cuando ella se va para
siempre nos termina de invadir la soledad….
Es ley de vida, y lo mejor que puede
ocurrir es seguir el “escalafón”… pero no cabe duda de que si hay una persona
insustituible es la madre… con sus defectos, su carácter, sus manías… con todo
lo que queramos ver de incómodo a veces en relaciones materno-filiales
complicadas…. Y da igual una madre “presencial” que “on line” o “telefónica”…. Una
madre es como un panzer que seguirá tu trayectoria allá donde estés así te
separen miles de kilómetros…. lo malo es cuando esa distancia hay que medirla
en dirección a las nubes… al cielo…
La vida continúa…. Y habrá que seguir
estrenando sonrisa cada día, acostumbrándose a la soledad, a la libertad…
porque todo, incluso el eco que devuelve el vacío del corazón forma parte de la
vida, de la esperanza y de la búsqueda de la felicidad.