CATALUÑA: ¿Y AHORA QUÉ?
A
pesar de nuestros muchos defectos, en España, al menos en nuestra Historia contemporánea,
las Instituciones han funcionado razonablemente bien. Así ocurrió cuando murió
Franco – a pesar de no haber democracia- y así pasó también en el golpe de
Estado del 23F.
La
ciudadanía, de una u otra forma, se sintió bajo el cobijo de una maquinaria que
funcionaba por sí sola. Y el resultado, a la postre, se fue mostrando
satisfactorio.
Ahora,
lamentablemente, y en forma de “muerte anunciada”, nos encontramos ante una situación
verdaderamente absurda pero tan grave, o más, que las dos anteriores. No ha
muerto un régimen, pero está herido. No es un golpe militar, pero sí un golpe
al orden Constitucional. Y lo más tremendo: los responsables de este
desaguisado son los sucesivos Presidentes del Gobierno de la Democracia que,
cuando no tenían mayoría absoluta, han tenido que vender su “posadera” al mejor
postor: el nacionalismo catalán, que le pagaba con su apoyo la poltrona.
El
mercadeo de cada momento político unido a una “hoja de ruta” bien trazada desde
la Constitución, cuando la propia delimitación de competencias dejaba al Estado
en franca debilidad, ha venido a derivar en el día de hoy.
Y
¿ahora qué?. Pues volvamos a la casilla de salida: que funcionen las Instituciones.
En este caso lo que tipifica en nuestro ordenamiento jurídico: el art. 155 de
la Constitución
1. Si una Comunidad
Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le
impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de
España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad
Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría
absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a
aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del
mencionado interés general.
2. Para la ejecución de
las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar
instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
Que actúen
los Tribunales para que juzguen los delitos cometidos en este acto de sedición.
Que actúe
el poder ejecutivo proponiendo en el Senado la aprobación de medidas que
garanticen la protección del interés general de España en suelo Catalán.
Y que
actúe el Legislativo – que se haga política con mayúsculas – para recuperar en
favor del Estado Central lo que la experiencia democrática está evidenciando
que solo genera problemas y desigualdades en España: la educación no puede ser
un semillero de antipatriotas que atenten contra la unidad de España y la soberanía
nacional. La sanidad no puede ser de primera en una Comunidad Autónoma y de
tercera en otra. Los españoles no podemos pagar unos impuestos desiguales según
dónde estemos viviendo….
Hay que
hacer política, hay que negociar ideas para aglutinar a la mayoría de los
Españoles, de Galicia a Barcelona y de Santander a Cádiz en torno a un proyecto
de futuro con un eje vertebrador.
Cámbiese
lo que haya que cambiarse y dejemos a las Instituciones que funcionen y que,
desde luego, la Ley y el Estado caigan con todo su peso sobre quienes quieran
torcer el horizonte de la mayoría. Estas son las reglas del juego que nos hemos
dado todos…. lo contrario, la imposición de las minorías, no nos engañemos, se
llama simple y llanamente dictadura.