jueves, 5 de septiembre de 2013

Derecho a vivir


La afición que tenemos los seres humanos a magnificar nuestros problemas y ahogarnos en un vaso de agua es indescriptible ...
Todo nos parece insalvable, inmutable, inamovible.... y así damos vueltas y vueltas a todo como el panadero a la masa, consiguiendo que aumente de tamaño al ir fermentando....
Seamos sensatos y pensemos con lógica y cordura: sólo hay dos hechos inamovibles y ninguno depende de nosotros: nuestro nacimiento y nuestra muerte.
El resto, tooooooodo el resto de hechos vitales individuales, de pareja, de familia, sea cual fuere su perspectiva de hijo, madre, esposo, yerno, amigo, vecino, jefe, subordinado, compañero.... todo es añadido a nuestro yo y podemos intervenir en su definición y su desarrollo. Vivimos en una rueda determinista de tal forma que al final del día es duro comprobar como realmente "nos viven" los demás y con un poco de suerte encontramos un mínimo hueco para nosotros mismos.
Pues ojo al parche que el primer hecho inamovible ya lo hemos vivido y el segundo y último es el telón final...
Una cosa es ser responsables de los hijos, única dependencia admisible, y otra bien distinta responder con nuestra vida ante todo el mundo o hacer de ella una simple sucesión de días al viento que soplan los demás.
Nunca es tarde para darse cuenta de que lo peor que puede ocurrirnos es arrepentirnos de no haber vivido... cuando ese telón empiece a caer inexorable.