jueves, 30 de marzo de 2017



LA ABUELITA DE LA PANCARTA BORDADA
 
No me resisto a comentar esta foto aparecida en "El Mundo" ... "la abuelita de la pancarta bordada"...

 Me parece estar incluso percibiendo el olor a guardado de la tela, y la imagino afanada haciendo punto de cruz junto a la ventana de su cottage, intentando apurar detrás de los cristales los pocos rayos de luz gris que se cuelan entre las nubes del siempre enladrillado cielo británico...

Esta mujer es para mí la expresión más plástica del "Brexit" y estoy convencida de que compró la tela el mismo día en que su país decidió jugar a no ser "la Isla" con la añoranza de poder exhibirla algún día... y ese momento es hoy...

Los Británicos nunca quisieron ser otra cosa que diferentes. Cada día en el Mercado Común, luego CEE, luego UE... no era sino una especie de "calvario" contra su propia esencia de insularidad.

El "Imperio de Su Graciosa Majestad" prefiere ser cabeza de ratón antes que cola de león. Tiene mucha soberbia detrás acumulada con el polvo de los siglos como para alinearse con la coqueta Francia y la sempiterna prepotente Alemania... y qué decir de compartir mesa de igual a igual con los "PIGS" sureños...

Lamento mucho la marcha de Gran Bretaña de este vieja Europa en moderna construcción, tan desigual como soñadora, tan rebosante de normas como democrática y libre, siempre dispuesta a dar lecciones a quienes la quieren tomar al asalto en sus fronteras día tras día...

Lo lamento, si, pero por otra parte me produce cierto regocijo recuperar este parte temático del egocentrismo que es Gran Bretaña, con su campiña inigualable, donde el verde de la naturaleza está permanentemente salpicado de casitas grises tan melancólicas como sus moradores...

Este tema da mucho de si por las innumerables e imprevisibles consecuencias que tiene y tendrá... pero hoy me quedo con el "feeling", con la primorosa abuelita de la pancarta bordada, que ha tenido 60 años para rematar su labor y, al final, la luce orgullosa palito en ristre... aunque sus nietos la miren horrorizados y se arrepientan amargamente de que aquél día del referéndum, muy en su línea de "pasar de todo", pasaron también del futuro que tenían escrito y que, ahora, junto a su abuelita, van a tener que reinventar.

sábado, 25 de marzo de 2017



EL RIESGO DE PENSAR

                Pensar es peligroso, porque quien piensa analiza, compara, somete a crítica y decide, y además lo hace con criterio propio, con lo cual es capaz de argumentar y defender sus ideas… y más aún, de escuchar y quizá hasta enriquecer su conclusión con ideas ajenas e ir acomodando el resultado a la realidad cambiante para crecer y avanzar.

Desde los poderes públicos todo son normas, todo está regulado, medido y pesado. Cuando no es Bruselas es Madrid, y si no un parlamentillo autonómico, y así vamos descendiendo hasta los Bandos de la Alcaldía del pueblo más pequeño….Y este mismo esquema sirve con pocas variantes para todos los países de nuestro entorno occidental. Prácticamente todo está “pensado” y lo que es peor “decidido”, y encima “homologado”…

Desde la televisión, poder fáctico por antonomasia, se emite de forma casi continua un mensaje adictivo carente de todo tipo de valores más allá del dinero y la fama fácil generalmente unida al sexo. El “pensamiento” se unifica y se sirve homogéneo para atender los instintos primarios en la búsqueda y captación de un público entregado a vivir la vida y miserias de los demás antes que a liderar la vida propia y sus problemas.

No estamos acostumbrados a “pensar” y nos tragamos dócilmente todo lo que nos llega ya “pensado” de forma interesada por otros. Y  ambas cosas en perfecta combinación es nuestro “Talón de Aquiles”: nos han convertido en una sociedad aborregada, cobarde, meliflua y blandengue, que confunde la solidaridad con la derrota. Una sociedad desacostumbrada a sacarse las castañas del fuego, pendiente siempre de que el papá Estado le soluciones gratis sus problemas.

Y así, nuestros líderes, no  son sino hijos aventajados del mismo sistema pero que se encuentran en la misma oscuridad, cuando no avispados populistas que dicen lo que la masa quiere oír, pero son igual de incapaces, o aún más, de llevar a la vieja Europa a un puerto seguro.

¿Qué está haciendo el “sistema” con nosotros?. ¿Qué tipo de futuro colectivo puede alcanzar una masa descerebrada, temerosa y adocenada?.

Y mientras tanto…  Londres, Bruselas, París, Niza, Madrid….