sábado, 12 de octubre de 2013

CARTA A MARIANO RAJOY




Querido Presidente:

Ya lo decía Mafalda: “Lo urgente quita tiempo a lo importante”…

Cabalgó a la Moncloa a lomos de las urnas y con el empuje de millones de españoles que confiamos en usted y nada más llegar, ordenó colocar los carromatos (léase instituciones) a su alrededor para protegerse como los vaqueros en pleno ataque de los indios, y sacaron las podadoras a lo bestia para cortar hojas, ramas, arbustos, todo lo que pillaron a su alcance.

Poco a poco…  la calma, no se si de normalidad o de “paz de cementerio” va volviendo….

Poco a poco, los votantes asomamos nuestras cabecitas al sonido del silencio….  ¡¡ Qué desolación…!!  Paro salvaje, tremendos dramas personales y familiares, menos fondos públicos para sanidad y educación, subida bestial de impuestos, sangrantes reducciones salariales, mínima expresión de obra pública…. La “loca vida pasada” humea a nuestro alrededor achicharrada por una realidad cruenta y gris….

…. Pero ahí siguen los carromatos. ¡Maldita sea!. Gordos, orondos, brillantes e insultantes… ahí están todas esas “instituciones” tan intocables como inútiles, que sólo sirven para incrementar la superficie de abrevadero nacional pagado con nuestros impuestos y, de paso, hacer nuestra vida lo más complicada posible.

Lo “urgente” era la ruina económica nacional…. Lo “importante” reducir sustancialmente esa organización territorial tan absurda como elefantiásica y voraz que nuestros políticos, bajo el falso argumento de la “democracia” se han inventado para controlar todo, decidir sobre todo y estar metidos como piojos en costura en todas partes.

Parece que lo urgente lo han conseguido, pero lo “importante” no lo han tocado. Es más, no creo que lo toquen jamás, ni el PSOE ni ustedes,  porque con “sus” cosas de comer no se juega. Y aquí seguimos…. con 17 ridículos reinos de Taifas, con sus 17 cortes y sus miles de cortesanos, sus bufones, trovadores y aduladores…. cambiar algo para que nada cambie… Todos hemos experimentado recortes, supresiones, anulaciones, reducciones de plantilla…. Todos… menos el mundo de la política. Y, ¿luego les molesta que les llamen “casta”?.

D. Mariano, no se imagina usted la cantidad de gente normal, de esos que tenemos la mala costumbre de pensar, que empezamos a preguntarnos si ha merecido la pena este viaje…. Si no será que en el fondo todos los partidos son iguales… Si lo único que les importa es su propia supervivencia… Si su horizonte no es nuestro futuro, como nación, sino el suyo como cargos públicos…. ¿Es que no se dan cuenta de que las autonomías, y todo lo que les cuelga que es una bestialidad, es un cáncer que carcome cada día la salud de este país?. ¿No se dan cuenta de que, no es que sea ni bueno ni malo, es que sencillamente no lo podemos pagar?. ¿No se dan cuenta de que estamos rodeados de instituciones inútiles que se retroalimentan, ficticiamente creadas para mayor gloria de 17 cachitos ridículos de lo que podía ser un Estado mínimamente decente?.

D. Mariano…. “no es esto, no es esto”…. A usted, que parece un tío normal, ilustrado, responsable, austero y cabal,  muchos le votamos para que nos sacara de este lodazal, pero no a costa de lo fácil que era recortar gastos y subir impuestos, sino de lo difícil: poner sentido común en un Estado nada común por su sinsentido…

El tiempo se le acaba, D. Mariano. Tal vez repita mandato, pero lo hará despojado de la energía positiva e ilusión que muchos votantes pusimos  en usted. Yo conozco mucha gente, de esa que gusta de pensar, desencantada de un sueño. Le agradezco mucho que nos haya sacado de la crisis, o eso parece, nunca dudé que lo hiciera, pero esperaba más de usted…. mucho más y, francamente, me ha defraudado.

Qué pena…. usted ni es un líder ni tampoco un ideólogo, tan sólo otro político más que tiene “Mafalda” como libro de cabecera.

D. Mariano, la partida todavía no ha terminado y yo… aún me dejo sorprender..