lunes, 8 de diciembre de 2014

LA SRA. DE URDANGARIN

El tipo era (es) bien parecido, aspecto agradable y porte sensual. Lo tuvo todo en sus manos, literalmente a una Infanta de España.... pero la ambición mal entendida, las malas compañías y su poca inteligencia van a llevarle, con bastante probabilidad, a la cárcel.
De apellidarse García, casado con una Pérez, tal vez el desenlace sería más benigno, pero en este caso aunque haya conformidad con el Fiscal la sentencia ha de ser ejemplar.
Es una faena, pero esa "ejemplaridad" es el peaje que hay que pagar cuando te pillan con las manos en la masa por no montar en el metro o hacer cola en la pescadería.
Yo no deseo que le apedreen en la plaza pública, como muchos aduladores cortesanos de esta Monarquía republicana tan nuestra... a mi simplemente me da pena de ver caer por el precipicio de la sociedad a un sobrevalorado "hombre guapo" cuyo único mérito intelectual era meter goles con la mano.. Hay que ser "mu tonto" para después de emparentar con el Rey usar esa misma mano para moverle la corona....
Y me da mucha pena Cristina de Borbón, mujer tan ciega y tan simple como enamorada. Ser Infanta implica llevar sangre azul en las venas, pero no materia gris en el cerebro...
Desde luego, en mi opinión, debería renunciar al título que ostenta porque es también el peaje que le corresponde por su gran error al elegir con quién compartir almohada. 
Todos los humanos cometemos errores, cientos todos los días... algunos tan elementales que nos cambian la vida... pero también somos libres para enderezarlos a costa de llevar el corazón cuajado de cicatrices. 
Cristina de Borbón es dueña de querer a ese hombre y permanecer a su lado hasta que la muerte los separe, pero a una Infanta de España no pueden separarle de su esposo unas rejas carcelarias.
Cruel decisión, tan dura como la realidad.