viernes, 31 de enero de 2014

SOLEDAD


Mi último blog lo escribí frente a mi madre agonizante hace poco más de una semana… ella ya llegó a su destino… y nosotros seguimos viaje….

Son muchas las ideas que se pasean por la mente en momentos tan duros…. Y muchas las escenas plásticas que se ven a través de las lágrimas… de esas llenas de sentimiento, de afecto, de acogimiento… y también de soledad….

 “¡Qué solos se quedan los muertos!” … escribía Bécquer…  y qué solos nos quedamos los vivos… añado yo…

Como me decía mi hija, “técnicamente” soy huérfana pero… “legalmente” no soy adoptable así que a partir de este momento tengo que aprender a vivir sin padres y, sinceramente, no sé cómo se hace. Obviamente no es lo mismo perder a los padres en la infancia que en la madurez, pero eso no significa ni mucho menos que no se tenga la percepción de que algo importante en la vida ha cambiado.

De entre todas las sensaciones nuevas de estos días me quedo con una,  compartida también por una de mis hermanas, que nos ha llamado poderosamente la atención…. Sentirse “libre”.

Al morir los padres sientes que ya no tienes que dar “cuentas a nadie” de tu actos… que a partir de ese momento respondes de ti misma… es como si de golpe y porrazo, tengas la edad que tengas… te emancipas…. te conviertes en adulto… dejas de ser un poco niño pendiente de la reprimenda de tus padres… ya puedes hacer lo que te venga en gana….

… y pienso que, quizá, esta es la cara amable de la soledad…. De esa amiga a veces despiadada, otras buscada y siempre presente en nuestra vida…. La soledad….

Nacemos solos, morimos solos y vivimos solos… y quizá lo más próximo a nuestro “yo” íntimo que conocemos son nuestros padres y, en especial nuestra madre. Por eso, cuando ella se va para siempre nos termina de invadir la soledad….

Es ley de vida, y lo mejor que puede ocurrir es seguir el “escalafón”… pero no cabe duda de que si hay una persona insustituible es la madre… con sus defectos, su carácter, sus manías… con todo lo que queramos ver de incómodo a veces en relaciones materno-filiales complicadas…. Y da igual una madre “presencial” que “on line” o “telefónica”…. Una madre es como un panzer que seguirá tu trayectoria allá donde estés así te separen miles de kilómetros…. lo malo es cuando esa distancia hay que medirla en dirección a las nubes… al cielo…  

La vida continúa…. Y habrá que seguir estrenando sonrisa cada día, acostumbrándose a la soledad, a la libertad… porque todo, incluso el eco que devuelve el vacío del corazón forma parte de la vida, de la esperanza y de la búsqueda de la felicidad.

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