Desde que empecé esta nueva edición de mi blog, que es algo así como una nueva etapa en la vida cuando escribir es mucho más que “juntar letras”… aún no he escrito absolutamente nada sobre política.
Para quienes me conocen desde hace tiempo puede resultar novedoso, pues no son pocos los que aún me preguntan por la calle si quiero o voy a volver…. Pero para mi es la evolución casi sana y lógica de quien, estando ya de vuelta de algunas cosas, se ha unido a quienes oteando un nuevo horizonte tienen por objetivo vital encontrarse “buscando ser feliz”.
Me interesa lo justo lo que pase con el Gobierno – no estoy tan loca porque me afectará seguro – y muy poquito lo que haga la oposición - oponerse al que gobierna con pocos argumentos y mucha pasión … Así que con dedicar a ello el tiempo que se tarda en tomar una caña con unos amigos ya es bastante…. Total, soy consciente de que diga lo que diga no va a servir para nada así que para qué desgañitarme a porrazos con las telas de mi portátil….
Y, francamente, desde que me acerco lo estrictamente imprescindible al foso de las fieras, habitado por políticos tan incontinentes como carentes de clase y formación y tertulianos pontífices de la ignorancia porque tanto saben de esto como de aquello como de más allá y siempre en posesión de la verdad…. me encuentro de muchísimo mejor humor, incluso con tendencia a abusar del “sentido” del humor…
Pocas cosas hay tan gratificantes para relacionarnos con los demás como estar de buen humor….. “ser “ de buen humor…. Alegra la vida propia y transmite alegría a los demás que, por lo general, lo aceptan con agrado, se contagian y lo transmiten allá donde posan su sonrisa, como hacen los insectos de flor en flor….. el humor “poliniza” a los demás y hace que la felicidad florezca en cada cual…
¡Qué estupendo es un “Buenos días cariño”!
¡Qué felicidad un “Buenos días…. ¡qué día tan bonito hace hoy! (que caigan chuzos de punta no altera el sentido de la frase….)
¡Qué agradable es recibir cada mañana un “¡Hola, qué tal!” cantarín!
¡Qué genial un “¡Qué alegría de verte!”
¡Cuán fantástico un “¡Qué bien hablar contigo!”
No es obligatorio, si siquiera necesario, ir por la calle con cara de perro. Ni tampoco contestar abrupta y groseramente a quien se acerca a nosotros. Ni esperar a que los demás terminen de hablar para sacudirles reproches y zurriagazos verbales…. Aún en la situación más complicada y en el momento más tenso… siempre hay espacio para mantener el buen talante e incluso, porqué no, una buena respuesta con sentido del humor, que es quizá la forma más inteligente de situarse siempre por encima de las circunstancias….
Y todo esto vale lo mismo para la pareja, que para la familia, los vecinos, los del barrio, los de la ciudad, los íntimos, los conocidos o los desconocidos…. Incluso para los adversarios…. Pensar diferente es una cosa y liarse a mordiscos verbales o gruñidos y ruidos guturales otra bien distinta.
Que cada cual haga ejercicio con su vida propia e intente sustituir …
… una coz verbal por una sonrisa….
… un gesto de desprecio por un guiño….
… un silencio por un “¡Hola!”…
… un grito por un tono cálido y amable…
… los malos “humos” por el buen “humor”….
Cambiar tan sólo la última letra de una palabra…. “humoS”… “humoR”… puede dar pie a cambiar la vida propia y hacer más cálida y agradable las vidas de los que nos rodean.
Merece la pena probar….
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