lunes, 27 de mayo de 2013

“CLOUDS” ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE


            Por circunstancias de la vida, de esas que hacen confluir el escenario en que se desarrolla nuestra vida con la sangre que nos la reparte por las venas, he topado con dos personas que han querido poner banda sonora a su muerte, en forma de despedida.

            El primero, un amigo mío, ya anciano, al que la Guerra Civil marcó su infancia y por tanto su vida, y que quiso ser despedido con “El Burro” cantado por Victor Jara… me sorprendieron tanto las primeras estrofas que pensé que sonaba un grotesco teléfono móvil, antes de darme cuenta de que no…. de que realmente esa era la forma que tenía mi amigo de decirnos “adiós” en su muerte… de forma guasona… riéndose de la parca en su propia cara… no, no me llevas… que me voy contigo.

            El segundo es alguien a quien no conozco Zach Sobiech, un joven que diagnosticado de un cáncer de huesos hace unos años ha muerto estos días… y que decidió despedirse dando vida a una preciosa canción… de esas que erizan el vello, que hacen recorrer una sacudida en la espalda… de esas que ya no se olvidan y que, tanto valen para una despedida, como la suya, como para poner a cabalgar un sueño por encima de las nubes. “Clouds” es su título e invito a escucharla con el corazón por su belleza y su sencillez…
           
            Y los dos me han hecho reflexionar sobre la grandeza y la dignidad con la que muchas personas afrontan ese tránsito hacia la eternidad.
           
            Me preguntaba un amigo qué canción elegiría yo para ese momento …. Y su pregunta me ha llevado, como siempre, de una cosa a la otra… a pensar en la vida y sus complicaciones…. en cómo hacemos un mundo de cosas insignificantes y dejamos pasar sin vivirlas otras verdaderamente sustanciales….  a la importancia de dar un hueco en nuestra vida a uno mismo…. a la necesidad de ejercer el derecho a equivocarnos y poder enmendar el error sin reproches… a la conveniencia de vivir intensamente el tiempo que nos corresponda porque la eternidad va a ser aún más intensa y conviene llenar bien la maleta por si acaso, puesto que sólo se vive una vez…

            A estas alturas de la “película” ya he perdido varias personas, pocas,  que me han marcado en mi vida y me gustaría saber si realmente fueron felices en su paso por aquí, porque para morir con grandeza y dignidad hay que vivir de idéntica manera y, en mi opinión, cada uno se va poniendo el broche que merece por la ruta que se ha trazado.
           
            Y no es cuestión de riqueza ni de posición social … para morir con grandeza y dignidad hay que haber vivido de idéntica manera y cualquiera puede hacerlo aunque yo creo que sólo se puede alcanzar ese estado cuando se ha hecho de la vida un camino en búsqueda de la felicidad



2 comentarios:

  1. La muerte a todos nos afecta en una manera o en otra. Siempre nos lleva a reflexionar sobre la vida y el como la vivimos.
    Con la muerte a veces nos volvemos egoístas y nos cuesta superar el sentimiento de pérdida. Pero al poco lo superamos y empezamos a vivir de nuevo.

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    1. La muerte de los demás nos hace pensar en la vida, y la búsqueda de la felicidad... reflexionar sobre nuestra propia muerte, nos lleva a concluir que sólo se vive una vez... ¿Será cierto que al final sólo nos arrepentimos de aquello que no hicimos?

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