domingo, 28 de abril de 2013

EL PRINCIPIO DE PETER



            Por si tengo algún lector “de ciencias puras”, le facilito la chuleta del guión desde el inicio, soplándole que de acuerdo con la teoría desarrollada por el catedrático de Ciencias de la Educación Laurence J. Peter, “en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse”.

            O lo que es lo mismo, todos tenemos tendencia a alcanzar nuestro “nivel de incompetencia” desde donde, a parte de estorbar y tocar las narices a los que dependen de nuestro trabajo y nuestras decisiones,  poco más podemos hacer que resulte positivo para la comunidad.

            Pues bien, en mi humilde opinión la densidad de incompetentes que nos rodea es directamente proporcional a la crisis que nos asola desde hace años y que nos tiene sin levantar cabeza….

            Podemos empezar por arriba o por abajo de nuestra “escala” social que tantos incompetentes encontraremos en el Gobierno, los Gobiernillos autonómicos y los gobiernetes provinciales y locales…. como en el que nos atiende por teléfono desde la “Cochinchina” para arreglarnos un problema con el ADSL, el de la imprenta que le encargas un trabajo para el lunes y tanto le da que sea el próximo que el primero del año que viene, el abogado que se mira el asunto el día antes de la audiencia previa y se allana, o la peluquera “alias estilista” que te da unas mechas monísimas y te deja el pelo hecho un estropajo….

            En fin… que estamos rodeados de incompetentes…. Más aún…. ¿seremos todos, yo la primera, unos incompetentes?....

            Desde mi punto de vista, incompetente es aquél que considera que “ya” sabe lo suficiente, y que nadie tiene nada que enseñarle, y por supuesto nada más ha de aprender… El mundo gira y avanza… majetón… y aunque todos los amaneceres se parecen, ninguno es igual a otro…

            Incompetente es aquél que cree que él es superior a los demás y entra en todas partes como un elefante en una cacharrería, y hace de su trabajo un púlpito desde el que pontificar sus “recetas” sobre cómo arreglar el mundo, o un torno de alfarero desde el que moldear el entorno a su medida… sin darse cuenta de que las instituciones, los engranajes, la administración pública pongamos por caso, funciona mejor con funcionarios independientes, con empleados leales, que no con amigos aduladores enanos a medida del jíbaro jefecillo ocasional…

            Incompetente es, ¡ por supuesto! el que no tiene formación adecuada y suficiente para el trabajo que desarrolla… ya sea peón de albañil o catedrático de física cuántica.. y encima le da lo mismo ... tanto daño pueden hacer el uno como el otro.

            Incompetente es el que desempeña su trabajo “bajo mínimos” de autoexigencia y responsabilidad…. no importa una labor bien hecha, sólo el dinero a percibir por ella…

            Incompetente es el que carece de espíritu crítico sobre sí mismo, incapaz de darse cuenta de que él no es "la medida de todas las cosas".

            Y no sigo poniendo ejemplos porque tan sólo reclamo “un minuto, por favor” de atención, pero creo que todos tenemos en mente un buen puñado de incompetentes que nos están haciendo la vida más incómoda, o más difícil o hasta insoportable…

            Bueno, pues en la voluntad de cada cual está hacer un pequeño examen de conciencia – que aún algo nos ha de quedar digo yo – para analizar si personalmente hemos alcanzado el nivel de incompetencia y tal vez, con un poco de suerte, si bajamos un escalón podremos volver a estar operativos y ser útiles a la sociedad que tan necesitada está de que las cosas nos salgan bien y ése objetivo es, sin duda alguna, un proyecto colectivo que se llama nuestro presente y nuestro futuro.

            PD.- Si a lo largo de este texto y los sucesivos no “desdoblo” el género de las palabras (“todos y todas”, “aquellos y aquellas”, “compañeros y compañeras”…) es sencillamente porque no me da la gana perder el tiempo en bobadas. Soy mujer y no me siento discriminada cuando se usa correctamente el lenguaje. Más aún, prefiero el lenguaje correcto a lo “políticamente correcto” que, sinceramente, me da lo mismo.

1 comentario:

  1. Me gustaría completar el perfil del incompetente:
    - Somos temerosos de los cambios (mejor lo malo conocido).
    - Apoyamos a otros incompetentes (no nos vayan a dejar en evidencia).
    - Tenemos una escala propia e irracional de los méritos (no la solemos hacer publica).
    - Siempre dudamos de los éxitos de los demás (el ladrón siempre cree que.....
    - Aunque hagamos públicas nuestras reflexiones, proposito de enmienda, ......... no cambiamos.

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