La mayor parte de las personas mueren después de haber vivido, pero también hay muchos otros que, simplemente, están y luego de unos años se van.
Vivir significa "ser" y para "ser" hay que implicarse en lo que nos rodea. Implicarse en la familia, implicarse en el trabajo, implicarse con los amigos, con unas ideas, con una fe, con una forma de entender la vida...Tomar partido por lo que uno cree, por lo que piensa, por lo que siente... y asumir el riesgo de vivir.
Por eso, porque la vida es un camino de decisiones es fundamental adoptarlas con espíritu crítico, actitud destilada de la formación y la información.
Aquí radica la diferencia entre quien "es" y quien nada más "está". Mientras que a los primeros les/nos preocupa saber, aprender, conocer, contrastar, profundizar, averiguar, incidir, analizar.... a los segundos, los que solo "están" les basta con encender la tele para adoctrinarse en lo que tienen que pensar y luego distraerse "belenestebaneando" un rato.
Lo malo es que el 20-N todos votamos igual.
Indudablemente "ser" es apasionante mientras que "estar" debe ser un bodrio de cuidado pero, como dice Mafalda: "los buenos empezamos a cansarnos".
Gran salto ha dado la cultura y la humanidad al pasar de la comunicacion unidireccional (TV) a la comunicación multidireccional a la que abre paso internet. La primera hizo posible en el s. XX el acceso al conocimento global a pueblos de distintas culturas y niveles de desarrollo permitiendo ESTAR, gran adelanto para aquellos que ni siquiera estaban. Hoy en el sg. XXI en el que la mayoría "estamos", las nuevas tecnologías nos permiten SER en esta era de la revolución del conocimiento en la que tenemos más facilidad que nunca no sólo para acceder al conocimiento, sino para intercambiarlo y formar parte de él.
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