sábado, 8 de octubre de 2011

Reflexión sobre la cadena perpetua revisable

Una de las funciones de la pena es, sin duda alguna, defender a la sociedad frente a los delincuentes. Hay muchas clases de delitos, muchas circunstancias que llevan a su comisión, muchas tipologías de delincuentes... y un referente común a todo ello: los ciudadanos, para no tomarnos la justicia por nuestra mano, hemos delegado la misión de "impartir justicia" a un poder del Estado, el PODER JUDICIAL.
Por muchas razones que no vienen al caso pero convendría revisar, los ciudadanos nos creemos indefensos, desprotegidos, las víctimas parecen tener menos derechos que sus verdugos, no sentimos que realmente se hace justicia y sobre todo afloran casos absolutamente sangrantes y deleznables que se saldan con unos pocos años de carcel y una gran burla.
Hay personas que, indudablemente, son auténticos depredadores, seres peligrosos para la sociedad, ejemplos del mal que ocasionan graves daños a quien se cruza en sus vidas y que deben ser apartados de nosotros.
Dicen algunos políticos que en caliente no se puede legislar, pero en  frío tampoco lo hacen.
El PP propone la CADENA PERPETUA REVISABLE.  Pues bienvenida sea. En un Estado de Derecho, con plenas garantías de un juicio justo, no hay porqué temer que exista este tipo de condena aparejada a determinados delitos muy graves.
Yo estoy de acuerdo y siento que, por fin, el Estado ha decidido protegernos.

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