jueves, 1 de diciembre de 2011

¡¡¡¡ A POR CAPERUCITA...!!!!

            En este “totus revolutum” económico que venimos arrastrando, encuentro muchas coincidencias de comportamiento humano que, en función de su densidad dentro del mapa europeo, determinan en gran parte el futuro de cada nación.
            En primer lugar está el “homo decentus”, aquél que trabaje por cuenta propia o ajena, para el sector público o el privado, paga puntualmente hasta el último euro que le corresponde al erario público.
            En segundo lugar encontramos al “homo jetus”. Este género es, en cierta medida, una evolución del anterior. Cuando el “homo decentus” se da cuenta de que siempre le toca el papel de tonto en el reparto, decide equilibrar por su cuenta la balanza de la justicia distributiva aplicando la fórmula: “¿Con IVA o sin IVA?”. Esta subespecie es tipología bastante reconvertible puesto que no deja de ser una adaptación del ser al hábitat que, en lógica, perderá este hábito cuando perciba que ha dejado de ser el bobo de la pandilla.
            En este grado evolutivo se desarrolla también el “homo jetus jetus”, generalmente “blue collar”, que va de víctima social pero que se mete entre pecho y espalda unos ingresos o sobresueldos de la leche a base de hacer ñapas de todo tipo y no dar jamás una factura.
            Por fin llegamos al tercer estamento donde encontramos el “homo sanguijuelus”. Habitualmente “white collar”, se dedica pura y simplemente a vivir del trabajo de los demás. Todos le vienen bien: “decentus”, “jetus”, o “jetus jetus”.  Convertido el mundo en una especie de “Gran Casino”, tanto le da apostar a lo que sube y lo que baja, como negociar con el hundimiento o rescate de la economía de las naciones, o comprar y vender miles de edificios haciendo de un país su Monopoly.
            Descrita la situación es fácil suponer que el “homo decentus” está empezando a estar hasta el gorro por la evidente razón de que ¡oh casualidad!, todos se fijan en él para meter la tijera, ya sea mediante bajada de salarios o subida de impuestos, o las dos cosas a la vez.
            Conclusión: Si se hay que rascarse los bolsillos para apoquinar en la tarea de reconstrucción de “nuestro mundo”, que empiecen los poderes públicos por lo difícil: el “homo sanguijuelus” en primer lugar, para proseguir con el “jetus jetus” y terminar con el “jetus” a secas, si es que éste no espabila por sí mismo al ver las barbas de su vecino pelar.
            Queridos amigos, el malo del cuento es el lobo y no la pobre caperucita, aunque sea más fácil echarle a ella las culpas y hacerle pagar los platos rotos.

1 comentario:

  1. cuando el homo decentus se harte, y lo esta haciendo a pasos gigantes... que ocurrira¿

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